jueves, 20 de febrero de 2014

¿Carrera de obstáculos o campo de minas?

Ya sé que más que un blog, esto parece el muro de las lamentaciones, y que parezco más un creyente dando cabezazos que alguien que intenta remover las rígidas estructuras y los hábitos milenarios, pero cuando te encuentras con según que comentarios, toda tu capacidad de intentar mejorar las cosas se ve mermada de nuevo.
Desde el último cambio en la Intervención, estamos padeciendo los caprichos del nuevo Interventor al que estamos asignados. 
Ya sabemos que la vida de los pequeños organismos autónomos no es fácil y como son obviados por los departamentos de los que dependen.
La última batalla que estoy librando es por como gestionar las convocatorias de las mesas de contratación de los procedimientos abiertos. 
Intento que la ubicación en el calendario de dichas mesas sea lo más operativa para todo el mundo. Siempre que puedo, me pongo en contacto con los miembros de la mesa para concretar un calendario. Así de esta manera, incluyo en el anuncio los días en que finaliza el plazo de ofertas y en el que se realiza el acto público de apertura de ofertas.
El problema se halla en el momento en el que la gente te mete prisa, sea cual sea el motivo y tienes que poner los días lo antes posible, para poder cumplir con el plazo de ejecución previsto del servicio, o para evitar comerme el mínimo de ese plazo.
Con la nueva Intervención, que considera casi un insulto el tener que desplazar a uno de sus miembros para realizar las tareas que tiene encomendadas, empezaron a pedir que se hiciesen en un día concreto de la semana, pues era en el que se desplazaba una supervisora.
Actualmente, tengo dos licitaciones en marcha, y haciendo caso de sus peticiones, puse la primera mesa en el día que se desplazaba la supervisora, pero al poco de enviar la convocatoria por correo electrónico, me encuentro con una petición de hacerla a primera o última hora de la mañana. Cuando lo consulto con mi superior, mi sorpresa es que ya no se desplazan ese día concreto, ni ninguno, y que vienen expresamente a las mesas.
Tengo por costumbre, poner las mesas a media mañana, entre 11 y 12 horas, básicamente por operativa. La mesa de la documentación administrativa, la pongo sobre las 11, para poder ponerme en contacto con las empresas que hayan de subsanar algún defecto de la documentación. Si retrasase la mesa, podría encontrarme con que acabada la mesa más allá de las 13 o 13.30 horas, no hallase a nadie de la empresa que tiene que subsanar y ya sabemos que el plazo es corto y las consecuencias de no proceder a enmendar las deficiencias.
En el caso del acto público, la hora es la de las 12, para poder facilitar a cualquier empresa que asista, ya que ponerla a otras horas, entiendo que complica la asistencia de los licitadores.
Esta es la batallita actual, en la que entiendo que debemos pensar para los implicados, que son los licitadores y no para nuestros propios intereses.

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