miércoles, 16 de junio de 2021

Las distopías del teletrabajo.

Que la gente no ha entendido que es el teletrabajo debe ser la única afirmación que se puede hacer a día de hoy en este nuevo contexto laboral.

Me arrogo la palabra distopía para señalar un par de hábitos, malos por supuesto, que se han impuesto en el día a día del trabajar desde casa, eso que se ha dado por llamar teletrabajo. Seguimos con una visión corta de miras, por lo menos en la práctica. La teoría, como ya sabemos, solo se aguanta en el papel.

Los hábitos, vicios que se cronificarán en breve, son las reuniones "estéreo" (definición de debo a un compañero, que me señaló que había reuniones ajenas que escuchaba en estéreo) y los de la mirada perdida en las reuniones.

Vayamos por partes, tampoco vamos a ser muy extensos. En cuanto a las reuniones "estéreo" decir que son aquellas en las que parte de los asistentes comparten espacio físico y, en lugar de ocupar una sala entre los presentes, cada uno "asiste" desde su puesto de trabajo. De aquí el epíteto de estéreo, que al compartir el espacio común al resto de trabajadores, se escuchan las réplicas y contrarréplicas de los "asistentes". Puedo entender que no se aglomeren 6 u 8 personas en una sala, pero dos o tres, que acostumbran a ser los presentes, no son un gran impedimento. Curioso, por lo menos. Sobre todo teniendo los medios que se tienen.

Los de la mirada perdida. Bueno esto es una generalización a partir de un caso único. Son aquellos que estando en una reunión y centras tu atención en su mirada, parece que está perdida, pero lo que está es haciendo otras cosas, puesto que considera que es una pérdida de tiempo o, que al menos, la reunión está muy abajo en sus prioridades, cuando no es el caso, en muchas ocasiones.

Son esas curiosidades que se asimilan y se acaban cronificando en un hábito que nadie considera que sea un absurdo o contradicción. Lo dicho, la Administración y sus particularidades.