miércoles, 24 de septiembre de 2008

En el momento justo y en el lugar indicado.

Uno de los temas más controvertidos de la AP, desde mi modesto parecer, es la carrera administrativa y el aprovechamiento de las capacidades de los empleados a sueldo de las administraciones.
Cierto que el problema nace de como se provee de personal la administración, pero eso ya merecería un capítulo aparte. Pero el hecho que la provisión deje mucho que desear, no es excusa para que se gestione el personal de la manera más eficiente.
Por mi propia experiencia puedo decir que he sido un beneficiado, que no un perjudicado, de este sistema: encontrarte en el momento justo y en el lugar indicado, sin la aparente formación académica deseable, pero con la suficiente como para ir cambiando de cuerpo y escala de la administración.
A parte de tener la capacidad práctica deseable, el hecho fue encontrar unas condiciones favorables, nada que ver con el rendimiento laboral (aunque éste fuese elevado), en el que la creación de un organismo lleva a la división de una unidad existente y que ambos entes han de proveerse de personal, todos provinientes del primer ente público. A esto cabe añadir, la incapacidad del futuro superior jerárquico en cuatro cuestiones técnicas, básicamente tener un conocimiento en paquetes ofimáticos algo superior y parecer imprescindible. A esto se le puede añadir la cuasiextorsión del hastío en el trabajo y que las cosas no cambian e intentar cambiar de ente para que, como por arte de magia, llegues a la escala superior de la administración en los cuerpos generales.
Esta es la cara de la moneda, la cruz es la de tener vínculos familiares, que facilitan muchas cosas si se hallan cerca de la persona que tiene el poder de la propuesta, que acaba siendo el nombramiento, ni que sea de forma interina. Primos, hermanos, hijos, maridos, mujeres, sobrinos, todo el espectro genealógico se halla representado. Obviamente, se obvian capacidades, ya que con tener un titulación mínima se puede llegar a tener una cierta notoriedad y presencia en la administración, hasta cierto poder.
Otra carencia en la carrera administrativa es la evaluación del personal, si seguimos siendo suficientemente eficaces y eficientes como para merecernos nuestro salario, o si, en caso contrario, deberíamos dar el paso hacia tras hasta donde nos hallábamos antes del empujón por gracia de las circunstancias, conyunturales o familiares.
El canto de la moneda es la cantidad de gente trabajadora, sí hay mucha gente trabajadora en la AP, a pesar de la fama, que no se mueven de su silla y se quedan como el agua estancada en un pantano y que son merecedores de una gratificación a un trabajo, que en muchas ocasiones excede aquello que le es atribuído por ley.
Tenemos el privilegio del culopegadoalasilla, como para que se puede hacer algo. Ante la posibilidad, real que no teórica, que un funcionario pueda perder su puesto de trabajo, la reacción sería contundente y unánime: niño deja de joder con la pelota, que eso no se toca.

martes, 9 de septiembre de 2008

Sospechosos habituales.

Sinceramente es el mejor concepto que define a aquellas personas que pululan por la AP, que viven de ella, que, sea cual sea el color del gobierno siguen allí, prestando sus "servicios" a cualquier hora, pero no a cualquier precio, bueno, saben que tardarán un poco en cobrar, pero que será a ellos a quienes se les pida o compre lo que se necesita.
En el tiempo que llevo hay tres personajes perennes, que se les trata casi como al presidente de los Estados Unidos o Putin, digo el presidente de Rusia, cada vez que pisan la Casa. 
De alguno de ellos se hablan pestes, pero no se los quitan ni con agua caliente, aun teniendo la oportunidad de hacerlo.
Allá donde trabajo, hace poco se estaban buscando cuatro paredes para hacer algo. Viendo como ha evolucionado el tema inmobiliario, tanto a nivel de vivienda como de locales comerciales o naves industriales, el abanico de posibilidades podría parecer que se ensancharía. Pero pasando el tiempo de búsqueda de aquello que se necesita se adecuase a la función que se le encomendaba, se acabó escogiendo una propiedad, que, casualidades de la vida, era propiedad de uno de los sospechosos habituales.
Lo que es más sangrante es la actitud de superioridad de esta gente, que parece que te esté salvando el culo, cuando no se dan cuenta, que es la AP quien les está sacando las castañas del fuego.
Los responsables de esta situación son los cargos políticos y su ansiedad por tener las cosas ayer cuando se les han ocurrido hoy. Así que toda ir perdiendo el culo, utilizando la ley para limpiarse el mismo y pagando lo que haga falta por contentar un par de caprichos. 
Mientras tengamos políticos que trabajen de esta manera, no nos podremos quitar de encima a los sospechosos habituales.