viernes, 17 de junio de 2016

El 1 %

No, no es el porcentaje de una posible comisión que pueda sufrir el erario público en una contratación. Es el porcentaje de audiencia de un programa de radio sobre la población total de un territorio.
Yo me pregunto, ¿dónde está el interés público para justificar el gasto de unos miles de euros por tener una aparición semanal?
Yo creía que los colaboradores en los medios de comunicación, ya sean públicos o privados, era altruista o remunerada, pero ¿aparecer como colaborador y pagar?
Me gustaría saber si en lugar de ir un experto de una administración pública, fuese a realizar la misma tarea un experto, plagado de másters IESE's, ESADE's y otras escuelas de negocio, también iría por la cara o poniendo dinero de su bolsillo.
Luego, llegan los lloros por que no hay dinero para gasto social. Es repugnante lo de los servicios prestados, los estómagos agradecidos y el postureo social.
Esto no es ni un post, es un grito de rabia, pero parece que el figurar está por encima del verdadero objetivo que debe tener la administración pública, servir al ciudadano.
Para más inri, hay medios de comunicación públicos, con audiencias similares, que podrían hacer lo mismo, sin tener que pagar o por lo menos, dejando el dinero en la casa.

martes, 3 de mayo de 2016

El límite de la transparencia.

Quizás es una osadía, pero creo que esto de la transparencia es una moda, en la que el exceso de información permite que la opacidad continúe siendo muy importante.

Una muestra de ello es que el acceso a la información a las licitaciones, se ha "ocultado" dentro de las webs de transparencia, en lo que respecta a la administración en la que trabajo. Lo que antes se hallaba en la página de inicio de la web, ahora se halla "enterrado" entre tanta transparencia.

Pero la cuestión es otra, el límite entre la transparencia y el derecho a la intimidad. No me refiero a la información que se da sobre patrimonio y salarios de los empleados públicos con poder de decisión sobre el presupuesto público. Esto, buceando entre tanta transparencia, se podría llegar a conocer, en lo tocante a salarios, lo de los bienes ya sería algo más complicado, pero seguro que vía Registros Mercantiles, debe haber un camino.

miércoles, 13 de abril de 2016

Justicia, contratación y postureo.

La mezcla entre la alarma social y el postureo de los cargos políticos por hacer ver que hacen algo, es nefasta. Y, cuando al cóctel anterior, le añadimos el complemento de la contratación pública, puede convertirse en trágico.
La cuestión es que por intentar hacer ver que se hacía algo ante un hecho que afectó a muchos ciudadanos, se acabó haciendo una contratación que superaba, de forma muy justa, justísima, el lindar de la legalidad. No se hacía nada ilegal, pero las prisas llevaron a encajarlo en la legalidad.
El resultado, la contratación ha acabado en la Fiscalía y me ha acabado salpicando, en tanto que soy quien ha realizado la gestión administrativa del expediente, a saber: redacción de pliegos de cláusulas administrativas, de la redacción de las resoluciones pertinentes, solicitud de ofertas, notificaciones... Vamos mero trabajo administrativo y para nada decisorio.
Pues nada, que tengo una cita con la justicia.
Lo mejor de todo es que el importe de la contratación en cuestión es una miseria.
Cuanta razón tiene el dicho, las prisas son malas consejeras. Y, cuando a estas se les añade la rumorología, apaga y vámonos. La costumbre de actuar bajo la presión de los rumores, las incertidumbres y la presión, siempre presente, de alguna contienda electoral en el horizonte. Que parezca que hacemos algo por los ciudadanos.

Actualización: parece que van a tener que pasar el mal rato un par de personas más. Además de salir en la prensa, en una noticia pequeñita y al final de un diario, pero en la prensa, al fin y al cabo.

martes, 19 de enero de 2016

Transparencia menor y talibanismo orgánico.

Esta es una breve entrada para comentar dos cosas de las que he tenido conocimiento últimamente.
Una por vía directa de mi trabajo y la segunda por terceras personas.

La primera tiene que ver con la contratación menor y la transparecia pública. De hecho, la primera parte del título de la entrada es el resumen perfecto, ya que la polisemia nos permite entender esas dos palabras de dos manera diferentes:
  1. La transparencia relativa a los contratos menores.
  2. Una transparencia de baja intensidad, menor, diluida.