martes, 20 de diciembre de 2011

Catalunya, el Gernika del neoliberalismo del siglo XXI

En un año el vendaval azul ha barrido, prácticamente, de todos los resortes de poder político a la versión menos dura del liberalismo económico, lo que es igual, el socialismo enrollado y coleguita. Como en cualquier catástrofe, natural o producto de la mano del hombre, los efectos siempre los suelen soportar con mayor crudeza los que tienen menos recursos y mayor fragilidad social. El vendaval comenzó en Catalunya, donde el experimento de tres partidos con pocas conexiones y la absurda obsesión de un nuevo texto estatutario, acabó con una debacle en el cinturón rojo que rodea la Ciutat Comtal; primero con el advenimiento del dos veces perdedor, Artur el insitente y su Govern dels Millors, y acto seguido, con la caída de la propia Ciutat Comtal. El triunfo del color azul sobre zona roja, ha traído hacia estas tierras la experimentación, que en otras circunstancias y otros tiempos, fue Gernika para el desarrollo de futuras actuaciones militares en conflictos bélicos. Gernika entonces fue el laboratorio donde se ensayaron los bombardeos civiles de forma indiscriminada y con nuevos armamentos bélicos.