viernes, 30 de septiembre de 2011

Artesanos de la tijera, vendedores de humo.

En cualquier momento del día, en cualquier medio de comunicación tropezamos con noticias sobre la apocalipsis económica, la crisis perpetua y los apuntes para salir de ella. Cuando te entretienes a ver como quieren solucionar los problemas, de fondo suena la banda sonora del afilador y los artesanos, los orfebres de la tijera esperan que el maestro les deje su herramienta lista y afilada para comenzar el rito de la circuncisión de los servicios públicos. En nombre del déficit, de la deuda y de las cuentas claras, se aplican al ejercicio de la palanca segadora, metiendo tijeretazos a diestro y siniestro, dejando la sanidad y la educación como la cabeza de un recluta de los tiempos en que existía el servicio militar. Ante la tesitura, es caro enterrar a un muerto, pero más mantener a un vivo, la elección es clara, más vale que alguien pague 1000 de golpe, que no que yo pague 100 veces 50. Lo de llenarse la boca como defensores de la vida a ultranza, ya lo dejamos para otro rato. Una vez la siega se ha iniciado, comienza la quema de los rastrojos, y si hay un poco de suerte, se extiende el incendio y algún conocido saca algo de provecho. Ya se sabe, favores debidos por servicios prestados. En esta coyuntura se puede entender un proceso de alienación de patrimonio por parte de una administración. Como con la tijera no se llega a lo que exige el tutor Mercado, hay que llegar de otra manera y, de rebote, pagar aquello que se debe o que se deberá. Vendo algo que tengo a medio pagar, para aligerar las cuentas, pero lo vuelvo a alquilar, por que en algún sitio debo tener recogido al rebaño. Pero lo que se pide, escasamente cubre lo que costará alquilar. Si tu objetivo es el beneficio, este ejercicio de contabilidad financiera te puede servir. Pero si tu no tienes que tener beneficio, ¿dónde está el beneficio? Claro que el beneficio existe, pero para quien prestó servicios a la causa, que se marchó del primer plano, pero pasado un tiempo, no excesivo, pero si suficiente en estos tiempos de memoria fugaz, la recompensa llega a su destinatario. Mas y Medí, como lo fueron hace un año, uña y carne, o cul i merda, que se dice en ese país tan pequeño que cita Pep. Consejero en Endesa y luego un pequeño regalo a su bufet, asesorando a una de las empresas intermediadoras encargadas de colocar en el mercado parte del patrimonio público, Madí, lejos de los focos y el desgaste de la primera línea política, se está cobrando el tiempo dedicado durante la campaña electoral.

martes, 20 de septiembre de 2011

Para ganarte unas perrillas, con un poco de paciencia.

Si te pasas el día enganchado a Twitter, al Facebook o sumergido en el blogcéano, aprovecha el rato y sácate unos eurillos sin mucho esfuerzo. Pincha en la imagen y empieza a ganar. Además son serios y pagan, hay que tener paciencia, por que lo que no requiere esfuerzo físico, requiere paciencia. Vamos como decía Bruce Lee, be water, colega.

jueves, 8 de septiembre de 2011

Hipocresía de la prensa rosa deportiva.

A vueltas con el tema del reparto de los derechos de explotación de las retransmisiones de los partidos de fútbol, todo el mundo señala a los dos caciques del fútbol como los responsables y culpables de todos los males del resto de mortales. Culpa la tienen, como todos los poderosos sobre las injusticias en el mundo, pero conviene reflexionar sobre un par de cuestiones.
La primera es que sin los dos monstruos y la guerra abierta alimentada desde tiempos inmemorables por las prensas que les rinden tributo a cada lado del puente aéreo, esta liga sería algo similar a la francesa, la polaca o la turcochipriota. Sobreviviría a duras penas y se arrastraría salvo contadas excepciones, en las que generaciones de futbolistas la sacarían del pozo.
La segunda, y no menos importante, es ver cuando se engendró y cómo el sistema de reparto de derechos.  La llegada de las TV privadas y el modelo de negocio de pago que estableció C+ al aterrizar en España son la génesis del problema.
Como dar un partido de fútbol suponía una importante generación de ingresos para las TV, vía publicidad, vía abonados, se inició una guerra entre medios de comunicación, que fueron a comprar voluntades a los clubs, que se postraron y regalaron sus posaderas al que les ofreciese la limosna más grande. Esto sucedía a la par que en Inglaterra, empezaba su singladura la Premier League, vamos cuando empezaron a ponerles a las camisetas el nombre del jugador con su dorsal perenne (La llegada de Klinsmann a los Spurs, provocó que se agotasen las N para las camisetas, una anécdota).
Entonces, los que ahora son portavoces de los clubs que se sienten marginados por el reparto, intrigaban para conseguir el máximo de clubs a su recero para poder trapichear con los derechos y sacarse un pingüe beneficio. Pero ahora esto lo callan y sacan tablas comparativas de otras ligas, el egoísmo de los grandes...
Vamos lo de siempre, lo de vigas y pagas en los ojos.