martes, 4 de junio de 2013

Conciencias transparentes.

A vueltas con la transparencia, cuestión que está de moda, en el candelero, puesto que está en marcha un texto legislativo para intentar arrojar un poco de luz sobre los subsótanos de la administración, y muy especialmente, en la contratación pública.
En mi caso, la transparencia llega en forma de una sesión informativa de mi administración, en la que se nos convoca para una explicación sobre cambios efectuados en la aplicación para la introducción de la información requerida por el registro público de contratos. 
La relación entre transparencia y el registro es que este ha sido elegido el instrumento, por parte del gobierno, mediante un organismo ad hoc de control de la contratación pública dependiente directamente del presidente.
La introducción de la sesión la realiza la cabeza visible de este organismo y en toda la locución, la palabra transparencia recorre el salón de actos como una arenga antes de saltar de la trinchera, bayoneta calada, hacia el fragor de la batalla.
Mi reacción, casi me da un ataque de risa. No por el loable esfuerzo de intentar ser transparente, si no por el medio utilizado para materializar esa transparencia: el registro público de contratos.