jueves, 18 de octubre de 2012

¿Por qué lo llaman contratación cuando es subvención?

Ahora estoy metido en una de esas ocasiones en que se usa la ley para burlar a la misma ley burlada. Vaya, me ha quedado un poco confuso, pero es claro y diáfano. La transmutación de las subvenciones derivadas de convenios en contratos administrativos.
La cuestión es que hay una colaboración entre la institución para la que trabajo y ciertas patronales, que hasta el momento se había ido articulando de diferentes formas.
Este año, por motivos presupuestarios, ya sabemos como está el patio, no ha habido forma de articularlo mediante subvención o ves a saber como se hacía, que me ha caído el marrón en forma de contrato administrativo.
Dadas las fechas en las que estamos, octubre, no hay otra manera de hacerlo que mediante un contrato menor. Y en esas ando, hablando con los interesados, para ver como llegamos a exprimir al máximo lo que determina la ley, llegar al límite económico del contrato menor. Así, que nada, arreglándoles la oferta económica para que parezca algo legal y que la Intervención no vea como lo que es, una subvención a una patronal, ves a saber con qué intereses futuros y para quien.
Pero como mandado que soy, me he puesto manos a la obra. He de decir que es gracioso, te justifican la necesidad de la contratación, bueno subvención, como si el fin del mundo llegase en caso de no recibirla.
Para más inri, una de las subvenciones es para unos servicios que ya prestan y ofertan en línea, pero que hay que subvencionar y punto. La justificación en el expediente me ha quedado un poco pastelosa, lo he de reconocer, pero es complicado justificar una necesidad que ya está cubierta.
La otra oferta, bueno la documentación a la que he accedido, pone de relevancia el desconocimiento que hay de la contratación pública por parte de entidades que reciben ingentes ayudas económicas públicas y que deberían estar un poco al tanto, se les supone una estructura robusta y, por tanto, unos profesionales con un mínimo de capacidad.
Viendo esto, los que me vengan a vender la moto de que la gestión privada de servicios públicos es más eficiente, los pienso mandar a tomar viento (vamos a ser finos, aunque se merezcan mandarlos a tomar por culo). La panacea de la gestión pública será más economicista, vamos, que las cuentas pueden cuadrar, pero  habrá que medir cual es la calidad del servicio prestado.
Me pone de muy mala leche estos tipo de contratos sin competencia, ni alternativas, porqué sí. Habría que ver si realmente el dinero invertido tiene sentido.
Luego, en un par de meses, llega el recorte de los salarios públicos, de muchos trabajadores que hacen horas sin cobrar y, ni tan siquiera, en ocasiones, a compensar con horas a cambio, y encima tienes que escuchar a la caverna berrear contra los funcionarios. Malditos estómagos agradecidos, los de la prensa y los de las patronales.

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