martes, 2 de junio de 2015

Una odisea TICtánica.

Llevo tiempo con ganas de escribir cuatro cosas sobre las TIC y la administración pública. Algo basado en mi propia experiencia, en la que estoy sufriendo en estos momentos.

Con el último cambio de gobierno, con cambio de color político incluido, se estableció una nueva política TIC, se supone que para un mayor impulso.

No voy a ir de listo, y realizar una crítica fundada en la lectura y análisis de los pliegos de los numerosos lotes que conformaron el nuevo cuerpo contractual en materia TIC, por que no lo leí, por desinterés (mal hecho) y por incapacidad comprensiva, que deriva en cierto modo del desinterés, puesto que mi formación tecnológica, básicamente autodidacta, da para lo que da. Nota: intentar ahora conseguir esa información por los canales públicos que debieran, es harto complicada, por no decir imposible, lo busqué pero no lo encontré.


El objetivo del nuevo modelo era conseguir una maximización y optimización de los recursos económicos en pos de una mejora tecnológica a todos los niveles: servicios, infraestructruras, equipos, aplicaciones y asistencia. El medio, la concentración de toda la estructura de la administración, autonómica en este caso, a nivel TIC mediante un organismo existente encargado de parte de los servicios a prestar a toda la estructura administrativa. A partir de ese momento, toda la contratación pública relacionada con las TIC pasaría por sus manos.

Todo lógico en principio, homogeneidad de equipos, mejores precios al hacer compras mayores (economías de escalas de esas), homogeneidad en los sistemas operativos y aplicaciones... Al organismo en cuestión se le suponen aptitudes como para diseñar toda esta nueva estructura.

Pero, y aquí llega una de las cosas que hace que el modelo chirríe, es que en el primer lote de la nueva contratación, el departamento que controla al organismo licita para que consultoras definan como debe ser la política TIC. Mi pregunta es ¿dudas de la capacidad de tus empleados o te aseguras puertas giratorias?

Al entrar una consultoría, ya sabemos como va a ir la cosa, va a intentar optimizar el contrato adjudicado de todas las formas posibles, ingresando directa o indirectamente. Sabemos que todo lo relativo a programario libre va a quedar reducido a la marginalidad, que mientras haya presupuesto en el resto de lotes, se va a optar por programario propietario en lugar de opciones libres, manteniendo el mercado TIC como un mercado prisionero de los gigantes TIC.

Ahora voy al grano, a lo que me está afectando.

Por cuestiones que tienen más que ver con tú tienes menos trabajo que tú entiendes de ese tema, tengo que hacer de puente entre el representante del organismo que gestiona el tema TIC y el organismo en el que trabajo para el cambio de los equipos, tanto personales como de impresión. Esta es la odisea.

Antes de nuevo modelo, teníamos a una persona que gestionaba todo el tema TIC y que estaba por delegación del organismos TIC de toda la administración. Esta persona tenía el inventario de los equipos y decidía el modelo de impresión y el suministro de equipos. Ahora ya no existe esa figura y toda la información que poseía fue traspasada al organismo TIC y nunca más se supo.

Las primeras reuniones se celebraron a principios de año, donde se expuso un calendario de despliegue de los nuevos equipos durante los meses de mayo-junio junto con unas tareas preparatorias. 

En unas de las reuniones intuí el despropósito que es el nuevo sistema. Comentaron, a modo de ejemplo, que para el suministro de un teléfono móvil intervenían tres empresas adjudicatarias de los diferentes lotes, supongo que consideran el teléfono como equipo y la línea como un servicio. Pero ¿no podrían haberlo segregado los teléfonos móviles del lote de equipos y que formase parte del lote de servicios de telefonía móvil?

Este ejemplo da pie a pensar que las cosas no van a fluir, que cuanto más intermediarios, más lento irá todo y más pérdidas de información habrá.

Pues así ha sido. Realizando unas tareas previas, hubo que definir que tipo de equipo debía tener cada persona en función de sus tareas y su posición orgánica. Como he dicho, somos organismo autónomo dependiente de un departamento que ya había realizado el cambio. Una vez hechas dichas tareas e informadas al organismo TIC, éste lleva la información al departamento TIC del departamento del que dependemos (que asiste a reuniones periódicas) y nos llega la información de que dicha tarea no está bien realizada, ya que no se han seguido los criterios del departamento madre, criterios que nunca fueron informados. Lo de la autonomía de los organismos autónomos, como que de risa, oigan. Al final, habrá que rehacerlos.

A todo esto, estamos fuera del calendario inicial, cosa que se intuye, desgraciadamente, cuando está la administración de por medio y más cuando eres un organismos autónomo. Para más inri, han surgido problemas de infraestrutura que afectan a toda la administración, con lo que el calendario, que ya se había retrasado para junio-julio, pasa definitivamente a "a partir de septiembre, sin fecha definida".

A todo esto, hay que añadirle problemas sobre el equipo estándar a suministrar, en el que cosas como un lector de CD son elementos singulares que deben ser pagados a parte. Todo para conseguir un precio unitario lo más reducido posible.

Sinceramente, creo que es un problema organizativo global, en el que las personas decisoras no tienen conciencia de la dimensión real de lo que gobiernan, que lo reducen a los departamentos y lo extienden al resto de la organización administrativa por analogía, sin pararse a pensar en como se organizan los organismos, ni cuál es su estructura y si tienen los recursos personales para acometer dichos cambios.

Por lo menos, los retrasos nos sirven para intentar hacer el trabajo más serenamente, e intentar corregir todo aquello que se hizo con prisas y que pudo llevar a cometer más de un error.



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