Estado y empleo

La relación entre el Estado y su brazo ejecutor, el Gobierno, con la creación/destrucción de empleo siempre me ha parecido curiosa. Sobre todo en la sociedad capitalista, usada como término para definir el libre (?) mercado y los sistemas políticos que resguardan dicho mercado. El liberalismo económico, una manera menos peyorativa de decir capitalismo, se define por su intento de dejar fuera del mercado y sus leyes al estado, ya sea de forma directa (creando puestos de trabajo, generando servicios y suministrando bienes) o indirecta (creando leyes que tengan un impacto directo en las relaciones del mercado). Se podría seguir hablando sobre el liberalismo y sus principios teóricos, pero no viene al caso. Lo que me parece particularmente curioso es el diferente grado de responsabilidad de los gobiernos en los momentos de creación y, sobre todo, de destrucción de empleo.

Cuando nos encontramos en un ciclo económico de crecimiento, se acostumbra a decir que el gobierno facilita, como mucho, la creación de empleo, de la cual es responsable y éxito personal de la iniciativa privada. Pero en cuanto el ciclo económico cambia de tendencia, las acusaciones sobre la responsabilidad de la destrucción de empleo recaen sobre el gobierno de turno, siendo de mucha más inquina, si el gobierno en cuestión es de un partido que incluye entre su denominación la palabra socialista, aunque diste un infinito entre su acción política y la teoría socialista, ya no marxista, sino la socialdemócrata. Vamos a repartir cuatro palos, en la coyuntura actual. La CEOE lo que quiere es despido libre y gratuito, bueno con una pequeña limosna hasta que tramites la limosna oficial, el subsidio de desempleo. Si por ellos fuese, la indemnización no pasaría de 5 días por año cotizado. Esto te lleva a pensar si lo que quieren son trabajadores cualificados que le den un plus de calidad a su trabajo, o pseudoesclavos a precio de SMI, con los que sacar una producción que no hunda los estándares de calidad, pero que permita obtener un gran margen de beneficio. Todos sabemos que cuando se habla de optimizar el gasto de una empresa, lo primero que se limpia es una parte del capítulo de personal. Digo una parte, la que corresponde a asalariados, puesto que la correspondiente a gasto de ejecutivos suele permanecer impoluta. Por eso me hace mucha gracia cuando hablan de contención salarial, por que solo afecta a la parte productiva y nunca, o casi nunca, a la parte directiva. Que cosas. El Gobierno, visto lo que ha dicho la del milagro de Fátima, está más perdido que Paco Martínez Soria en la ciudad. Lo digo por la exigencia que le hace mucha gente en su obligación de crear empleo, bueno de facilitar la creación, pero cuando vienen mal dadas, se le exige crear empleo. La propuesta de la ministra más portuguesa es que los jubilados sigan currando más allá de la edad de jubilación, se supone que en su mismo puesto de trabajo, de forma parcial, así cobrarían una parte de salario por parte de la empresa y se complementaría con la pensión, entiendo que se refiere a eso. Mi conclusión es que si en una empresa se podían jubilar dos personas y eliminar dos parados, lo que pasará es que, como mucho se creará uno, por que ya se encargará el empresario de darle vueltas a la cosa hasta que pueda adaptar su producción a las nuevas condiciones, intentando que a jornada parcial salga un trabajo que antes era a jornada completa. A los que exigen que el gobierno cree empleo les pregunto lo siguiente, ¿el estado como operador económico en competencia con el sector privado? El liberalismo dice caca. ¿El estado como generador de empleados públicos en servicios públicos ampliando el gasto público? El liberalismo dice caca, que para eso hace falta dinero y pagar más impuestos, la palabra tabú del liberalismo. Quien le pida al gobierno que cree empleo, está pidiendo que le suban los impuestos. Creo que si pagar un poco más para generar más empleo y reactivar el consumo, es una posibilidad, a nadie le debería parecer una ofensa.