martes, 9 de septiembre de 2008

Sospechosos habituales.

Sinceramente es el mejor concepto que define a aquellas personas que pululan por la AP, que viven de ella, que, sea cual sea el color del gobierno siguen allí, prestando sus "servicios" a cualquier hora, pero no a cualquier precio, bueno, saben que tardarán un poco en cobrar, pero que será a ellos a quienes se les pida o compre lo que se necesita.
En el tiempo que llevo hay tres personajes perennes, que se les trata casi como al presidente de los Estados Unidos o Putin, digo el presidente de Rusia, cada vez que pisan la Casa. 
De alguno de ellos se hablan pestes, pero no se los quitan ni con agua caliente, aun teniendo la oportunidad de hacerlo.
Allá donde trabajo, hace poco se estaban buscando cuatro paredes para hacer algo. Viendo como ha evolucionado el tema inmobiliario, tanto a nivel de vivienda como de locales comerciales o naves industriales, el abanico de posibilidades podría parecer que se ensancharía. Pero pasando el tiempo de búsqueda de aquello que se necesita se adecuase a la función que se le encomendaba, se acabó escogiendo una propiedad, que, casualidades de la vida, era propiedad de uno de los sospechosos habituales.
Lo que es más sangrante es la actitud de superioridad de esta gente, que parece que te esté salvando el culo, cuando no se dan cuenta, que es la AP quien les está sacando las castañas del fuego.
Los responsables de esta situación son los cargos políticos y su ansiedad por tener las cosas ayer cuando se les han ocurrido hoy. Así que toda ir perdiendo el culo, utilizando la ley para limpiarse el mismo y pagando lo que haga falta por contentar un par de caprichos. 
Mientras tengamos políticos que trabajen de esta manera, no nos podremos quitar de encima a los sospechosos habituales.

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